En este espacio de ENTREVISTAS contamos con Sara Berbel Sánchez, Doctora en psicología social y experta en liderazgo y género.
¿Están las organizaciones y empresas avanzando en materia de igualdad de mujeres y hombres?
Mi posición es bastante pesimista al respecto porque los datos indican una tendencia a la disminución de la igualdad y no al aumento. Un ejemplo lo tenemos en los datos sobre la presencia de mujeres en puestos de decisión. Sabemos que las directivas están decreciendo, pese a que la percepción de la sociedad es la contraria. Así pues, tenemos una disparidad entre lo que cree la sociedad (que hay un aumento) y la realidad (tendencia al decrecimiento).
El hecho es que las mujeres merman en puestos de decisión, en lugar de avanzar. Un informe de McKinsey de 2023, analizando a 45 empresas y más de 300.000 personas trabajadoras concluía que sólo el 6% de las Direcciones Generales en España son ocupadas por mujeres. Poco después, la consultora Lee Hecht Harrison confirmaba una disminución de mujeres directivas al analizar a más de 500 líderes en España, Francia, Países Bajos, Suiza y Reino Unido. Solo un 24% de cargos directivos son femeninos.
Sin embargo, la percepción social es exactamente la contraria. Se considera que el aumento de mujeres en el mundo económico es lineal, en progreso constante, e incluso se cree que las mujeres «se están pasando con sus reivindicaciones» según algunas encuestas. Existe el convencimiento de que la igualdad se ha logrado. Y lo mismo ocurre con el resto de ámbitos como la segmentación horizontal, la pobreza femenina, la violencia contra las mujeres…
Esa curiosa disparidad cognitiva entre el imaginario social y la realidad es uno de los factores a afrontar para cambiar la situación.
¿Qué tienen que reforzar en esta cuestión?
El hecho de que no exista igualdad y continuemos con brecha salarial, segregación horizontal y segregación vertical tiene que ver, sobre todo, con prejuicios. En las empresas (como en la sociedad) se minusvalora el papel de las mujeres en el mundo económico, se considera que no serán nunca buenas trabajadoras porque se tienen que ocupar del hogar y los cuidados y la percepción es de que no son buenas líderes.
Desde la psicología sabemos que los prejuicios tienen dos componentes: uno racional y otro irracional, inmune a los datos científicos. Por tanto, creo que tenemos que hacer acciones de los dos tipos, que nos ayuden a desmontar los estereotipos:
- Por una parte, realizar campañas con los datos verdaderos que siguen mostrando una brecha salarial en torno a un 20% en España, una segregación horizontal con solo un 6% de mujeres en áreas matemáticas o algunas de las ramas de la STEM y un fortalecimiento del techo de cristal, como he mostrado en la primera pregunta. También mostrar datos sobre los beneficios empresariales que aporta el hecho de que haya mujeres en los puestos de decisión y en todos los estratos de la organización.
- Realizar actuaciones que apelen a las emociones con historias de vida, futuro para las hijas, trayectorias de éxito y buenas prácticas que muestren el valor de las mujeres en los diversos ámbitos organizacionales.
- Avanzar en actuaciones de corresponsabilidad en el cuidado desde horarios flexibles, no demandar total disponibilidad para los cargos de dirección, desconexión tecnológica, paridad en el teletrabajo, ensayar nuevas fórmulas como jornadas compactadas y/o jornadas de 4 días, etc.
¿Cuáles son los principales retos de las empresas y organizaciones?
Algunos de los más destacados son, de acuerdo con lo comentado anteriormente:
- Identificar los sesgos inconscientes y acceder a los datos reales, científicos, que muestran la desigualdad de las mujeres.
- No caer en la confusión entre igualdad y diversidad, que, en ocasiones, puede desembocar en la dilución de la igualdad dentro de la diversidad. Con frecuencia, desde el mundo empresarial se abraza la diversidad basándose en trabajo sobre colectivos (discapacidad, origen, edad) y se coloca a las mujeres como un colectivo más. Ese es un gran error ya que las mujeres son la mitad de la humanidad y están presentes en todos los colectivos, no son un colectivo aparte y, por tanto, las actuaciones hacia cualquier colectivo deben incluir la perspectiva de género y tener en cuenta la diferencia por el hecho de ser mujer en nuestra sociedad.
- Sensibilizar y formar a todo el equipo directivo (incluidos los mandos intermedios, que son fundamentales para el cambio organizacional) en los beneficios económicos y sociales que tiene incorporar a mujeres en sus organizaciones. Están ampliamente demostrados ya que los equipos mixtos siempre superan a los de un solo sexo en cualquier empresa.